Para un gran número de ciudadanos de la Marina Alta, el CREAMA es un referente indispensable cuando, por circunstancias personales, han de enfrentarse a situaciones que tienen que ver con el empleo o con la creación de una pequeña empresa. También es, sin duda, un referente cuando se demandan servicios de formación o cuando, por cualquier circunstancia, se requiere mayor información sobre estas actividades inherentes a la promoción y al desarrollo económico-social de nuestra comarca. En este momento especial, en que parece que nos encontramos ante una situación de desamparo, al existir un gran desconocimiento sobre como se ha de gestionar esta imprevisible crisis, CREAMA se convierte en un instrumento imprescindible para apoyar, como siempre lo ha hecho, a la ciudadanía de nuestra comarca.
Como presidente del CREAMA me gustaría lanzar un mensaje claro y transparente, apartado de la demagogia y basado en el más estricto realismo: si todos juntos somos capaces de aportar lo mejor de nosotros mismos tenemos una parte importante de la partida ganada. Y no se trata de alentar un falso optimismo, se trata de apostar decididamente por contribuir a gestionar un cambio en las visiones y en la cultura de una sociedad que cambia mucho más deprisa de lo que, de manera aislada, somos incapaces de asimilar. Sólo cooperando, compartiendo y generando valor, vamos a ser capaces de concluir con éxito esta situación que para algunos se ha convertido en un reto al que enfrentarse contra viento y marea.
Cuando hemos tenido el viento a favor hemos sabido poner en común nuestras mejores ideas para navegar más rápido. Ahora que nos encontramos en condiciones de navegación menos favorables es más importante que nunca el que subrayemos nuestro lema: Treballem junts per la comarca. Y cuando digo juntos me refiero a todos: a los trabajadores de CREAMA, alentándoles a que, con renovada energía y con nuevas ideas, se impliquen más que nunca en el apasionante viaje que realizamos acompañando a nuestros conciudadanos. Me refiero también a todos y cada uno de los miembros del consorcio, pidiéndoles una especial atención para conseguir la financiación de nuevas actividades, sobre todo para aquellas que tengan que ver con nuevas formas de hacer política de cercanía al ciudadano. Y también, como no, me refiero a quienes tienen la responsabilidad en las empresas, invitándoles a reinventarse a si mismas, a buscar nuevas fórmulas, a cambiar una buena parte de su cultura para adaptarse, de la mejor manera posible a estos rápidos cambios para que no acabemos yendo juntos a la deriva.
Esta reflexión, que se hizo patente en una de las sesiones de la Comisión Ejecutiva del CREAMA, la hemos hecho nuestra y la queremos compartir para contribuir con nuestro grano de arena a mejorar nuestro entorno más próximo: nuestra comarca, la Marina Alta. Como veis, no he podido escapar de utilizar un lenguaje plagado de vocabulario marinero, ya sea por tradición familiar o porque también en el mar se contiene una gran parte de nuestra cultura, sin perder de vista que es en el entorno de la mar donde a lo largo de nuestra historia se ha generado siempre nuestra gran oportunidad.
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